
«La finalidad de mis ventas es ayudar a la gente a conseguir lo que desean: sentirse a gusto con lo que han comprado y también consigo mismos».
Es lo que llamaron «la venta con finalidad» y que se refiere a la importancia de anteponer las necesidades de los clientes (es decir, de personas) a los de las propia empresa.
Después de casi 30 años, ¿ha cambiado esta idea?
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